¿Has tenido recientemente una enfermedad cerebrovascular y has notado que no escuchas igual de bien que lo hacías antes? Este artículo te interesa.
Las enfermedades cerebrovasculares están marcadas por alteraciones en el riego cerebral, afectando a venas o arterias del cerebro, por lo que pueden dañar diferentes sistemas de nuestro cuerpo, entre ellos, el sistema auditivo.
Dentro de estas enfermedades encontramos los ictus, las trombosis o embolias cerebrales, las hemorragias intracraneales, etc. Cada uno de estos tipos de enfermedad impactará en mayor o menor medida en el cerebro del paciente, por lo que el nivel de deficiencia auditiva variará en función de daño provocado. El paciente puede padecer: pérdida auditiva unilateral o bilateral, sordera cortical, sordera de palabras puras, agnosia auditiva y alucinaciones auditivas.
Así pues, sufrir pérdida auditiva también puede ser un síntoma de las enfermedades cerebrovasculares. En ocasiones las disfunciones son mínimas y solo se pueden detectar a través de pruebas electrofisiológicas o psicoacústica precisa.
Los accidentes cerebrovasculares
Los accedentes cerebrovasculares se dan cuando el flujo sanguíneo se detiene durante unos segundos o cuando un vaso sanguíneo del cerebro se rompe. Cuando esto sucede el cerebro se queda sin oxígeno y nutrientes y las células comienzan a morir.
Los daños cerebrales a menudo son graves y permanentes en el tiempo; sin embargo, hay otros problemas de los que las personas no se dan cuenta, problemas que pasan desapercibidos. En este caso hablamos de la pérdida de audición.
El déficit de audición será más o menos grave ya que la pérdida auditiva puede ser temporal y recuperarse con rehabilitación y tratamientos, o permanente para toda la vida. Prestar atención a la rehabilitación de la audición tras padecer un accidente cerebrovascular es importante para que el paciente recupere su completa calidad de vida.
El sistema auditivo
Nuestro sistema auditivo es el que nos permite recibir la información que nos rodea a través de ondas de sonido que él mismo convierte y descodifica para que nuestro cerebro la entienda.
Sin duda es un sistema complejo que recoge los sonidos que le llegan por el aire a través del pabellón auricular primero y los procesa para facilitar la percepción y el reconocimiento del sonido.
La disminución del nivel auditivo puede ser causa de accidentes cerebrovasculares. Uno de los tipos de accidente cerebrovascular es el isquémico, en el que coágulos de sangre bloquean el riego sanguíneo del cerebro. Un accidente isquémico vertebrobasilar puede presentarse en forma de vértigo y pérdida auditiva ya que el suministro de sangre al oído interno se origina en el sistema vertebrovasilar. En este caso se produce un infarto del oído interno.
El vértigo y la pérdida auditiva pueden ser síntomas de riesgo de padecer un accidente cerebrovascular isquémico vertebrobasilar inminente, en el territorio anterior de la arteria cerebelosa inferior, principalmente.
La pérdida auditiva súbita
La pérdida súbita de audición neurosensorial se puede percibir de pronto, por ejemplo, al despertarse por la mañana, o con el transcurso de los días, al intentar usar el oído y no escuchar a través de él.
Las causas de pérdida auditiva repentina son varios, pero solo en torno al 10 por ciento de los pacientes diagnosticados tienen una causa identificable, entre los que se encuentran infecciones, traumatismos, trastornos neurológicos o problemas de circulación de la sangre, es decir, accidentes cerebrovasculares.
La pérdida de audición neurosensorial súbita se da únicamente en un solo oído. Tan solo un 2% de los pacientes experimentan un caso de pérdida auditiva repentina bilateral.
Aproximadamente la mitad de las personas la padecen recuperan espontáneamente la totalidad, o gran parte, de su audición en el transcurso de las dos primeras semanas desde la aparición de los síntomas.
El 50% de los pacientes con pérdida súbita de audición neurosensorial suelen padecer vértigo. Estas personas tienen menos posibilidades de recuperación auditiva completa, así como los pacientes que padecen pérdida auditiva severa.
Tratamientos recomendados
Las causas de la pérdida súbita de audición neurosensorial son ampliamente variadas, por lo que sus tratamientos dependerán de la gravedad de la misma.
Uno de los tratamientos que ha resultado ser exitoso en muchos casos es la toma de esteroides o corticoides sistémicos. Según estudios, los pacientes que comienzan el tratamiento dentro de las dos o cuatro primeras semanas desde la pérdida auditiva tienen mayor probabilidad de recuperación.
Sin embargo, la mayoría de los pacientes (entre un 30 y un 70%) que sufren esta pérdida de audición pueden tratarse con varios tipos de audífonos o implantes cocleares. El tipo de audífono lo tiene que determinar un especialista en salud auditiva.
Es importante saber que al experimentar una pérdida de audición repentina se debe acudir al neurólogo para someterse a un examen neurológico completo, se realice un diagnóstico y se programen seguimientos rutinarios para controlar sus efectos a largo plazo.
En Farmacia Fatou tenemos a tu disposición un gabinete de audición especializado en salud auditiva que te puede ofrecer la información que necesites acerca de los efectos de los accidentes cerebrovasculares sobre la audición.