Llega el verano y con él las largas jornadas bajo el sol. Pasar el día en la playa o en la piscina se convierte en la rutina por excelencia porque, ¿a quién no le gusta ponerse moreno y coger color? Todo esto está muy bien, hay que aprovechar la temporada de verano; sin embargo, también debemos protegernos del sol y de sus efectos nocivos. En el artículo te dejamos cómo usar bien el protector solar para no quemarte.

 

Parece que la creencia de que cuanto más alto es el índice de protección solar, menos morenos nos ponemos, está perdiendo peso entre la sociedad y se está dando más valor a la buena protección. El respeto y la preocupación por el cuidado de la piel se está convirtiendo en la nueva tendencia, lo cual es una gran noticia para la salud.

Sin duda, el sol trae numerosos beneficios: es la mayor fuente de vitamina D, vital para nuestros huesos, y es el mejor aliado para tener un buen estado de ánimo gracias a su acción antidepresiva y de bienestar natural.

Por lo tanto, recibir algunos rayos de sol durante el día es bueno para nuestra salud, y no solo en verano, sino también en invierno. Eso sí, debemos utilizar protección solar en cualquier época del año para prevenir efectos negativos sobre la piel.

Efectos nocivos del sol

como usar protector solar

Estos beneficios están muy bien y favorecen a nuestra salud siempre y cuando tomemos el sol con moderación y asegurándonos de estar bien protegidos, ya que pueden traernos verdaderos problemas cutáneos, no solo inmediatos, sino también a largo plazo.

El efecto inmediato, y más conocido, es la quemadura solar. Se trata de una quemadura superficial debida a los UVB que se manifiesta como una rojez en la piel unas horas después de la exposición al sol. Dura entre 8 y 24 horas y durante el proceso de desaparición la piel tiende a descamarse.

Los efectos tardíos son más graves y pueden aparecer para quedarse para siempre:

  • Alteraciones pigmentarias. Suelen presentarse en el rostro (labio superior, frente, mejillas) y en las manos. Las mujeres embarazadas o en tratamientos con anticonceptivos hormonales y las personas sometidas a procedimientos dermatológicos son más propensas a sufrir su aparición.
  • Inmunosupresión. La inmunidad cutánea se ve disminuida y se reduce la capacidad de defensa respecto a los tumores.
  • Se trata de intolerancias al sol y aparecen en forma de erupciones o urticarias.
  • Se debe al daño solar acumulado en las células de la piel y puede producir la destrucción del colágeno, arrugas profundas, alteraciones en el tono y asperezas de la piel.
  • Cáncer cutáneo. Existen dos tipos de cáncer de piel: melanoma y no melanoma. La diferencia entre ellos reside en el tipo de células que han sufrido las alteraciones en su ADN.

Factores que dañan la piel

Conocemos los efectos negativos que conlleva el exceso de sol en nuestra dermis, pero, ¿cuáles son los factores que dañan la piel? Debemos saber que el espectro de la luz solar está compuesto por varios tipos de radiaciones que se diferencian por la cantidad de energía que contienen y el impacto sobre la piel. Encontramos:

  • Luz UV. La más dañina debido a su alto nivel de energía.
  • Luz visible de alta energía. Su penetración en la piel es más profunda que la radiación UV. Es una de las principales causas del fotoenvejecimiento.
  • Rayos infrarrojos. Su penetración en la piel es más profunda pero tienen un nivel de energía más bajo.
  • Filtros solares. Los hay de tres tipos: físicos, hacen efecto pantalla, químicos, absorben la radiación solar, y biológicos, frenan la oxidación celular.

Cómo aplicar el protector solar

Aplicar el protector solar en la piel es muy sencillo, tan solo requiere tener en cuenta dos cosas: aplicarlo 30 minutos antes de la exposición y volver a aplicar cada dos horas, sobre todo en verano o si las condiciones de la piel lo requieren.

como usar protector solarPero no todo se queda ahí, debemos tener en cuenta el tipo de piel, utilizar el producto adecuado y conocer las necesidades de cada una. No necesita el mismo tipo de protector una piel seca que una grasa. Las texturas y principios activos serán completamente diferentes. La piel del rostro es más sensible y está más horas expuestas al sol, a diferencia de la del cuerpo. Los protectores corporales suelen ser más oleosos y contener perfumes, que no siempre van bien a la piel del rostro. En el rostro es importante usar la textura adecuada según el tipo de piel. Si la piel es grasa, el protector debe ser libre de aceites y no comedogénico, mientras que, si es seca, deberá ir reforzado en activos hidratantes. Una piel especialmente sensible en el rostro debe usar un protector solar mineral o sin perfumes. Y, por último, y ya que el rostro está siempre más tiempo expuesto al sol, no debemos olvidar el gran beneficio que le hacen a nuestra piel los principios activos antioxidantes, que previenen el fotoenvejecimiento.

Hay que tener en cuenta los tratamientos médico-estéticos realizados antes de la exposición solar. La piel está mucho más sensible y necesita niveles más altos de protección.

Las condiciones meteorológicas determinarán el uso de un protector solar u otro, ya que en zonas de montaña, en la nieve o en el mar el impacto es mayor.

Por último, algunos medicamentos son fotosensibilizantes, asegúrate de consultar a tu farmacéutico/a cuando estés tomando algún tratamiento, si éste podría desencadenar algún efecto no deseado en tu piel. Una protección solar adecuada siempre es importante, pero en estos casos es indispensable para evitar reacciones adversas.

 

Ahora que ya sabes los factores a tener en cuenta para elegir y aplicar el protector solar, es momento de ponerlo en práctica.

Si tienes alguna duda, no olvides venir a Farmacia Fatou, nuestros profesionales te ayudarán a elegir el protector solar que tu piel necesita.