Estés o no contagiado, seas o no persona de un grupo de riesgo, ahora mismo estamos en una situación en la que el coronavirus está presente en nuestra vida. El Gobierno de España ha activado el estado de alarma, una decisión drástica para intentar frenar el contagio entre nosotros. Este decreto ha cambiado totalmente nuestra forma de vivir, de trabajar y de relacionarnos, lo que puede afectar a nuestra salud mental.
Y es que estas medidas preventivas pueden aumentar la sensación de alarma, la psicosis y el nerviosismo, puesto que no estamos acostumbrados. Desde aquí queremos recordar que estas medidas se han establecido para frenar el contagio masivo del virus, no por la gravedad del virus en sí mismo. Con esta prevención se busca evitar el colapso del sistema sanitario especialmente.
Por lo tanto, ante esta nueva situación las personas podemos sentir una emoción básica principalmente: miedo. La sensación de miedo surge ante una situación nueva y desconocida que genera incertidumbre. Pero queremos recordar que el miedo es una emoción que nos permite ponernos alerta y organizarnos. Sin embargo, si el miedo en esta situación nos genera incertidumbre porque nunca antes habíamos vivido esta situación en España por lo que debemos seguir las indicaciones del Gobierno.
Sabemos que el miedo puede desembocar en ansiedad y pánico porque existe una sensación de falta de control sobre lo que va a ocurrir. Por eso debemos, en la medida de lo posible mantener la calma con paciencia y responsabilidad, siendo conscientes de que la enfermedad es contagiosa, pero no peligrosa si no se pertenece grupos de riesgo. Una razón de peso por la que se ha tomado esta medida es para proteger a nuestro sistema sanitario.
Mantener la cotidianeidad dentro de una situación anormal
Por ello no debemos menospreciar a nuestra salud mental. Como medida de defensa, hay que intentar mantener la calma. El Colegio Oficial de Psicología de Madrid publicó una guía de recomendaciones para afrontar de manera eficientelas emociones negativas provocadas por el coronavirus.
Sabemos que en esta situación provoca cambios en nuestro estilo de vida que produce inquietud porque estas medidas influyen en nuestra manera de relacionarnos y de vivir. Por eso, hay que huir de los rumores, de las noticias que generan ansiedad y alarmismo.
En este sentido queremos proponeros tres medidas para evitar el alarmismo:
- rebajar el consumo de información,
- interactuar con otras personas y no aislarse del mundo,
- no intentar controlar lo que sucede.
¡Cuidado porque queremos que sigas informado ya que esto es muy importante, pero que el coronavirus no sea el epicentro de tus conversaciones!
La gran responsabilidad de todos es no desobedecer las directrices de las autoridades y no perder la calma. En este último aspecto quizá la sobre información a la que estamos expuestos sea perjudicial. Por eso queremos que vigiles tus fuentes de información y que limites tu acceso a la información, especialmente si esta no lleva a través de una oficial.
En definitiva, se trata de llevar una vida normal dentro de una situación excepcional. Por ejemplo, que los más pequeños no pierdan los horarios, hacer teletrabajo, hablar con gente ya sea por teléfono o en persona con la correspondiente distancia de seguridad y no hablar constantemente del coronavirus. Afrontar los riesgos con serenidad, sin intentar controlar una situación que se nos escapa de lo que conocemos.
Población vulnerable y asilamiento
¿Pero qué pasa con los grupos de riesgo? Es decir, con las personas mayores y aquellas que tienen una enfermedad de base. Esta población debe llevar un aislamiento estricto y esto puede afectar a la salud mental.
Las personas mayores que se sienten o están solas en estos momentos notarán más la soledad. En este sentido, hay que elegir únicamente la información oficial y mantener las rutinas para no caer en un estado de ansiedad por el hecho de ser persona de riesgo.
Si tu caso es que te enfrentas a la cuarentena, para minimizar los efectos en la higiene mental te recomendamos seguir las indicaciones de las autoridades y establecer rutinas pasar lo mejor posible el confinamiento. Debes tener en cuenta que el aislamiento no es emocional sino físico. Por eso deberás:
- tomártelo con mucha calma,
- no asustarte,
- estar en contacto con tus médicos, seguir todas las pautas,
- intentar pasar el rato leyendo, escuchando música o viendo películas,
- y, por supuesto, mantener el contacto con las personas de tu entorno a través del teléfono.