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La pregunta del millón en una conversación sin fin sobre temas de melenas: ¿cada cuánto tiempo te lavas el pelo? Las múltiples respuestas pueden ser “un día sí y otro no”, “todos los días”, “una vez a la semana”, “cada 10 días si aguanto”… En realidad todas las respuestas son igual de válidas, ya que cada cuello capilar es un mundo y la frecuencia de su limpieza depende de muchos factores y tiene que lavarse cuando sea necesario. Algunas personas tienen que lavarlo a diario, otras eligen espaciarlo cada dos o tres días.
Ahora bien, si se utilizan secadores y planchas (u otras herramientas que sean fuentes de calor), lo habría que lavarlo dos o tres veces a la semana o por lo menos intentarlo para evitar que estas rutinas estropeen el pelo.
En general, las melenas que necesitan un lavado casi a diario son los pelos grasos ya que atraen más la suciedad que hay en el ambiente. Así como quienes trabajen en lugares con productos tóxicos o contaminados.
Existe el rumor popular que dice que a mayor frecuencia del lavado mayor grasa produce el pelo. Cuando en realidad la grasa es una cuestión hormonal que nada tiene que ver con la frecuencia del lavado. Ahora bien, la grasa del cuero cabelludo es conveniente eliminarla para evitar infecciones provocadas por la proliferación de microorganismos.
¿Lavarlo de más o de menos puede causar problemas?
Si no se usa un champú apropiado, con pH neutro y suave, la estructura cuticular del tallo se puede hacer débil y quebradiza. Y en contra cuando te lavas el pelo menos de lo que necesitas, la suciedad que se acumula contribuye al aumento de infecciones, irritaciones, picores e incluso formación de costras. Como consejo para las personas que lo lavan más a menudo es hacerlo con un champú acorde con sus necesidades porque garantizan que el pelo tenga cuerpo y volumen.
Ahora bien, lo que importa es cómo se realiza el lavado. Si se lava diariamente es suficiente con una sola pasada de champú, si se espacia, lo ideal son dos. Ahora bien, un lavado correcto se realiza humedeciendo abundantemente el cabello y aplicando la cantidad exacta de champú, sin excederse. Lo que realmente se mancha es el cuero cabelludo, lo medios y puntas se lavan con los restos de champú que va cayendo, es en el cuero cabelludo donde hay que incidir. La primera pasada limpia la suciedad. La segunda masajea el cuerpo cabelludo con las yemas de los dedos, suavemente, unos tres minutos, incidiendo en patillas, coronilla, nuca y detrás de las orejas.
Limpieza profunda de la melena
- El cabello necesita respirar. Si tiene un exceso de residuos, incluso recién lavado no se ve limpio y el cuero cabelludo tiende a la deshidratación.
- Lavado “Detox”. Realizarse un lavado completo que incluya dos pasos muy específicos: la aplicación de una mascarilla que elimina los estragos de la polución (pciores, irritaciones, fibra seca y opaca) y un masaje purificante con un cepillo capilar sónico que limpia cada poro del cuello cabelludo (ver precios según salones).
(Falsas) leyendas urbanas capilares
Vamos a desmontar algunas leyendas urbanas sobre el secreto para conseguir una melena brillante. Hace no tantos años se decía que lavarse el pelo con el champú que se usa con los caballos era la panacea. Hoy ese mito está superado, pero está de moda el champú “No Poo (No Shampoo) porque se cree que tras un periodo sin usar productos la secreción de grasa se autoregula y se mantiene una fibra capilar limpia sin químicos. Sin embargo, lo cierto es que los champús se formulan con principios activos indicados para cada necesidad, así el alcohol y algunos conservantes, como el kathon, pueden dañar el tallo piloso. Lo cierto es que un champú suave de pH neutro siempre es un acierto y una opción segura con el cuidado del cuero capilar.
