La ciencia y la medicina han evolucionado en la investigación del tratamiento contra el VIH (virus de inmunodeficiencia humana, virus causante del SIDA),  a pesar de ello, éste se ha convertido  en una enfermedad crónica para quienes la sufren.

El VIH puede dar lugar a numerosos síntomas, por lo que no se descarta que uno de  ellos sea la pérdida de audición y sordera. De hecho, se han llevado a cabo estudios que demuestran que la pérdida auditiva puede estar relacionada con el VIH.

El VIH y SIDA

Una de las principales cuestiones que nos planteamos al hablar de esta enfermedad es la diferencia que existe entre VIH y SIDA. El primero se trata de un virus que afecta al sistema inmunitario del cuerpo humano, destruyendo un tipo de glóbulo blanco que ayuda al cuerpo a combatir las infecciones; y el SIDA, es el síndrome causado por el VIH, es decir, cuando la infección por VIH ha dañado gravemente el sistema inmunitario del cuerpo.

El VIH continúa siendo uno de los problemas de salud pública más graves a nivel mundial, particularmente en los países menos desarrollados. Los recientes avances en el acceso al tratamiento antirretrovírico han permitido que las personas infectadas por VIH tengan una vida más larga y saludable. Además, aplicando este tratamiento se reduce o evita la transmisión del virus a otras personas.

Se calcula que en 2020 un total de 37,7 millones de personas vivían con el VIH en todo el mundo, 36 adultos y 1,7 niños (hasta 14 años), de los cuales solo el 73% (27,5 millones) estaba recibiendo tratamiento antirretrovírico.

De 2010 a 2020, las infecciones por VIH descendieron entorno a un 31%, siendo 1,5 millones de personas la que contrajeron la infección por VIH en 2020, un 50% en mujeres y niñas. Otro dato importante es la disminución de muertes causadas por el SIDA, un 47% desde 2004 hasta el año pasado.

Durante el confinamiento y las restricciones por COVID-19 se interrumpieron las pruebas y diagnósticos, lo que influyó en la aplicación de tratamientos contra el VIH.

VIH y pérdida auditiva

Han sido numerosos investigadores los que, durante un largo período de tiempo, han realizado estudios que demuestran que la sordera o pérdida auditiva está relacionada con el VIH o SIDA.

Aunque el criterio, el tamaño de la muestra y la distribución de los sujetos según el estado inmunológico entre los diferentes estudios es variable, todos concluyen que existe una tendencia de incrementar la pérdida auditiva si se padece VIH o SIDA.

El estudio realizado por la Universidad de Rochester en Nueva York en 2011 mostró que ni la infección ni el tratamiento por VIH estaban relacionados con la pérdida auditiva. Tres años más tarde, el mismo equipo de investigación puso en marcha una nueva investigación, esta vez con pacientes de mediana edad con VIH, concluyendo unos resultados muy diferentes. Las mujeres y hombres VIH positivos escuchaban los tonos altos y bajos con dificultad, con umbrales auditivos 10 decibelios más altos que los de los participantes no infectados.

En este mismo sentido, en 2021, la red de investigación de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) realizó un estudio sobre los niños infectados con VIH en el útero y la pérdida auditiva. Con ello se observó que los niños infectados tenían dos o tres veces más de probabilidades de padecer pérdida auditiva a los 16 años que los no infectados. Por tanto, se puede deducir que la infección por VIH influye en el sistema auditivo de los adultos más jóvenes infectados.

Otro estudio, realizado en el Centro Médico de Taipei en Taiwán, demostró que la pérdida auditiva repentina se producía con casi el doble de frecuencia en pacientes de 18 a 35 años.

sida y pérdida auditiva

En 2015, Investigadores de la Universidad Estatal de San Diego, en California, realizaron un estudio con 262 hombres y 134 mujeres en edad media, de los que 117 y 105, respectivamente, eran positivos en VIH. Se midieron los umbrales de audición en ambos oídos de tonos puros, demostrando que las personas infectadas tenían promedios de tonos puros de alta y baja frecuencia mayores, demostrando que su audición era más pobre que la de los individuos sin VIH.

Es un hecho que todavía queda mucho por investigar ya que son muchas las variables que influyen en la posible relación entre esta infección y los problemas auditivos. Sin embargo, todos estos resultados demuestran que el VIH puede estar relacionado, directa o indirectamente, con la pérdida auditiva.

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